lunes, 3 de octubre de 2011

Violación y tortura de un pollo inocente


La perversión del ser humano no conoce limites. Según parece se extiende la enfermiza costumbre de sodomizar y violar inocentes pollos para posteriormente comérselos. Todo comenzó cuando un tal Karlos Arguiñaro, seguramente bajo los efectos del alcohol y los estupefacientes, retransmitió por televisión lo que trataba de ser una simpática y divertida receta. A partir de entonces muchos "copycat" imitan al maestro.
La víctima, un inocente pollo común, el arma homicida, una botella de cristal. Cuanto más ancha más dolor, lo normal, una de Coronita. Con el líquido del interior intacto, introducen en su interior un par de dientes de ajo, unos granos de pimienta, una hoja de laurel, una ramita de tomillo y la piel de un limón. Entonces viene el climax y los niveles de adrenalina se disparan, petan literalmente al animalillo y le introducen la botella por el virginal ano, sacándola por el cuello. Que bestias.


¡ATENCION LA SIGUIENTE IMAGEN PUEDE HERIR SENSIBILIDADES!








El resto se lo pueden imaginar. Después de ser salpimentado, es introducido en el horno aproximadamente 1 hora y 15 minutos a 180º. Las altísimas temperaturas provocan que el líquido de la botella, salga por el cuello de la misma, abrasando la piel del torturado. Que salvajada.
Después como auténticos salvajes devoran las carnes poseídos por la lujuria.
Esperemos que esta denuncia pública sirva para que las autoridades tomen cartas en el asunto.



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