En esta película, las protagonistas regentan, en un momento de sus vidas, un pequeño restaurante donde deleitan a sus clientes con dos especialidades. La barbacoa de carne, que en un momento dado se torna macabra y los tomates verdes fritos. A mi personalmente aquello de freír tomates y verdes no me sonaba del todo bien, hasta que un día los probé y me entonces sonó crujiente, meloso y con un puntito agridulce.
Si los queréis preparar son muy sencillos. Necesitáis unos buenos tomates raf o pata negra que tendréis que cortar en rodajas de unos dos centímetros de grosor y salpimentarlos. Mezclar a partes iguales harina de trigo y harina de maíz y batir un par de huevos. Pasar los tomates por la mezcla de harinas, luego por el huevo batido y de nuevo por las harinas. Freír en abundante aceite de oliva hasta que tomen un bonito color dorado. Escurrir con papel absorvente antes de servir.
¡Towanda!
La película me gustó mucho. Los tomates no sé yo...
ResponderEliminarBueno eso lo veremos...
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