El otro día estuve dando una vuelta por el reformado Mercado de San Miguel.
La verdad es que mola, han respetado la antigua estructura, llena de encanto y le han lavado la cara por dentro. Eso sí, no es el típico mercado de barrio. Aprovechando su céntrica situación, lo han enfocado a un cliente mas cosmopolita, turistas y gente que busca un producto mas especial. Además, hay un montón de establecimientos donde degustar desde ostras, jamón, sushi... hasta caviar en cucharaditas a 3€.
Lo que mas llama la atención es lo cuidado de los puestos. Ya se sabe que se come por los ojos... y se compra también.
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